martes, diciembre 29, 2009

Mis tres décadas - Primera parte (Los 80's)



“El que no salta es militar”, corría el año 82’, un dia de sol, la gente en una cancha de fútbol unanimamente se manifestó en contra del tipo de gobierno. Ante la “derrota” de Malvinas, cual partido de fútbol, la masa mostraba su rabia. Justamente esta viendo junto a mi padre, a mi tio y mi hermano el partido en que jugaban, en Floresta, All Boys y Gimnasia y Esgrima La Plata.

Los ochenta, ay los ochenta, la etapa de mi niñez, de la cual me forjaba una personalidad pero con poco poder reflexivo, era llevado por sensaciones y por movimiento, siempre recuerdo hacer algo, ya sea alguna actividad deportiva en el club Comunicaciones, los partiditos improvisados en las vereda de mi calle, el patrón de la vereda, el quemado, la escondida, la mancha, trepar árboles y hacer casitas de maderas, juntar bichos, como lombrices o cualquier otro bicho raro en un terreno cerca de la estación de Villa del Parque, los videos y la droga que corría en los mismos, pero sin molestia; la plazoleta enfrente de la estación, los amigos efímeros que conocía en la calle, etc.

Si bien antes de los 80’ viví no tengo mucha conciencia de cómo era antes de esos años, sólo imágenes borrosas y ya no recordables.

Un momento feliz con mi familia fue cuando luego de ir a la Republica de los niños, los cuatro gritamos los goles de All Boys rodeados de hinchas de Gimnasia, en La Plata, con un dos a cero inolvidable, lo cual hizo un retorno feliz y agradable en familia. Poco tiempo después las peleas entre mis padres eran intolerables y sangrientas, desembocando en una separación impostergable.

Las frustraciones cuando me sacaron de la titularidad de un equipo de fútbol, o de basquet, ya que no era muy constante en los deporte.

Los torneos de ajedrez en las escuelas, por equipos y las copas otorgadas al colegio, pero individualmente perder un torneo por no soportar la presión de ser primero. La fealdad manifestada por los mocos, mi desprolijidad, mis manchones de tinta en el guardapolvo y en los cuadernos, y mi suciedad en general, ya que vivía arrastrándome por el suelo.

Los animadores en las fiestas para chicos, y soportar a los grandes en la fiesta de la noche de mi cumpleaños.

Los malos chicos que me cagaban a trompadas y retornaba siempre llorando a casa, el chico que me extorsionaba: prestándome un juguete y luego el mismo robármelo, y amenazarme para cobrarme, lo cual yo me sentía obligado a robarle a mi padre, a mi madre o mi hermano para pagarle a este chico.

Mucha inocencia, mucha soledad, mucha sociabilidad, muchas alegrías, mucha vida en mi infancia que viví a pleno en la década del 80’.

Las canchitas, ese juego solitario en que tuvo que ver con mis primeras excitaciones, el fútbol fue motor en mi vida como espectador.

Las primeras películas eróticas o con desnudos, que veía en casa de mi padre cuando lo visitaba.

Los shows que le daba a mi madre, y que luego que pude cantar en vivo hacia un grupo de personas, gracias a las clases de canto que tomaba. Zas era mi grupo más repetitivo y el que me causaba tanta euforia.

Los primeros bailes organizados por Juan Manuel (mi amigo de toda la vida), el hecho de apoyar a una mujer y la vergüenza de hacerlo, las posibles chicas que no fueron a la edad de pre-adolescencia, por ende se postergó el primer beso.

Los inocentes robos a fruterías, luego de Gimnasia del colegio secundario, o manguear por la calle para jugar unas fichas en los videos.

Terminé la década con hiperinflación y con saqueos, sintiendo personalmente angustia por como aumentaban las cosas de una hora a otra, y odiando profundamente a Susana Gimenez por su ostentación de joyas y ropa cara, en medio de la terrible crisis que vapuleaba la salud mental y económica del entorno en que vivía.

Mi depresión creció aún más viendo la asunción del presidente payaso Carlos Menem.

La década del 80’ culminó con mi madre internada, Recuerdo soportar la última fiesta de fin de año(o década) en casa de mis tíos y soportando con odio y rencor la falta de interés y de existencia de sus sobrinos, por suerte fue la última vez que compartí una reunión con esta gente.

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