martes, marzo 21, 2006

El camino

La verdad no sé cual es el camino; siquiera sé lo que es mejor: "Nada es mejor, todo es igual, el tiempo cambia, estés donde estas".
Pero hay ciertas situaciones que me dan claridad, o mejor dicho cierta seguridad porque son más acordes a los canónes impuestos en la rama en que trabajo.
Hace pocos dias me propusieron, de la consultora donde trabajo, asistir a una serie de cursos que van en contra a ciertas ideologías mias, donde se establecen relaciones personales: no iguales sino jerarquicas, diplomáticas y para nada auténticas; solo en beneficio de uno para con la empresa.
En este ambiente laboral, donde se correr el riesgo de una dedicación exclusiva, incluso el tiempo libre pactado; el obtener algún tipo de poder solventado por un poco más de dinero, puede traer en mi consecuencias nerviosas. Ya que me gusta salir diariamente de los temas laborales, y los fines de semana olvidarme en que estoy trabajando y apegarme a actividades más placentera.

Yo acepté esta propuesta de cursos ( de Liderazgo, Motivación, relaciones personales, negociación etc) cuyo horario es fuera del trabajo. Estos cursos tienen la finalidad a desempeñar un rol que no es de interés mio pero si es de interes global (por la adquicisión de un presunto poder, por el tener responsabilades, por creerse más dueño aunque no lo es).
Lo elegí hacer, sin contemplar en detalle las consecuencias, porque tengo alternativas drásticas, y aquí si hay algo de prejuicio y de temor, una es que pueda llegar a ser boicoteado sino raelizo el curso y la otra es que sirve para futuras oportunidades en caso de ser relegado por la edad o por alguna otra cosa que deseen el curriculum.

Lamentablemente sigo en este mar, sin poder salir; es como una carcél con las puertas abiertas, pero aún no he salido a observar que hay fuera de ella y sigo sometiendome a las imposiciones carcelarias porque allí estoy comodo.

Algo que me recrimino y que tomo conciencia es mi falta de emprender alguna alternativa. El talento aún no lo encontrado, pero tampoco lucho para hacerlo, solo uso mi tiempo para disfrutar lo más posible de mi persona y ahora que tengo menos tiempo más todavía estaré ligado a mi persona (llena de temor y de rencor a este tipo de situaciones que me toca vivir).

Por suerte no estoy en mi peor momento, no siento lo que sentía de la vida, sigo amándola y contemplandolá; sin tratar de perder el poder de reflexión.



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