lunes, abril 18, 2016

Mis inseguridades























Camino hacia algún lado, mis pasos parecen ser inseguros porque justamente la reacción para vencer el miedo es constante, y en ocasiones hago y digo cualquier cosa, mis expresiones son errantes y lo admito. 
Me gustaría estar en calma, pero en el último periodo voy por el lado inverso, todo pareciera tener un precio simbólico al que a veces me tambalea, y me deja así, groggy para que mi reacción estímule otra situación de tensión. 
Puedo sentirme feliz, por supuesto, pero otro estímulo me coloca al lado inverso. 
Si realmente dejo pasar con alfombra roja las sensaciones plenas de alegría. ¿Por qué no pongo resistencia cuando me siento fatal y con ganas de desaparecer de mis insultos por frustraciones, resignaciones, limitaciones? Será el capricho que me potencié para sentirme bien a como de lugar? O cuando estoy bien, tiene que venir la contrapartida, y viceversa? Me permito ser feliz, es cierto, pero también lo contrario...Realmente me demuestro ser permeable. 

Ahora, el tema que rescato, a través de un artículo es la inseguridad que tengo por ser un ente social y plante lo siguiente:

1) La inseguridad en las personas puede tener diversos orígenes, pero una de sus causas fundamentales es la falta de confianza en sí mismo.Esto se debe a que una mente que se siente insegura teme constantemente el rechazo y la desaprobación por parte de los demás.
A lo que me contesto: "Exactamente". He sido juzgado, como lo son todas las personas que se exponen hacia uno o más sujetos. He sido desaprobado, no lo he tolerado y a veces quiero re-afirmar que "merezco" seguir siendo desaprobado, para fortalecer mi propia reacción hacia mi persona.
Por ejemplo: "Me nefrega que para hablar inglés soy un desastre, voy a seguir intentándolo" o "Me nefrega que canto para el culo, voy a seguir haciéndolo a pesar de que me puntualicen la desafinación" y lo que "Me nefrega que no tenga nada para contar, yo puedo contarme cosas solo, o leer un libro, antes que hablarte". Y más, y todo es un mantra al que me genera odio a las personas e intolerancia y me lleva a confrontar.

2) La persona que sufre de inseguridad tiende a aislarse de sus seres queridos y se convierten personas solitariaslo que termina arruinando todas sus relaciones y se convierte en la raíz de otros muchos problemas.

Me aislo. Tal vez, pocas personas me quieran, no llega a completar la mano, los demás son circunstanciales. Pero justamente es mi responsabilidad, yo soy el que no demuestra interés, y por ver que es injusto no quiere que los demás sientan interés, entonces se aisla y se recluye, sintiéndose a salvo. 
Muchas cagadas me he mandado en relaciones de personas, sobre todo las que he involucrado gente y me involucré.

Me creo un estado de seguridad, afirmándome que sólo estoy mejor, pero se cae a pedazos. Cada vez más artilugios para demostrar lo contrario y cuando alguien me quiere acompañar, la o lo rechazo y el estado errante o "seguro" (entre mil comillas) vuelve a convecerme que es lo mejor para mí.
En mis expectativas no está la idea de seguir sólo permanentemente, pero tal vez, por mi comportamiento, sea lo que merezca. 

3) Son personas egoístas, que requieren elogios y atención, que les gusta rodearse de bienes materiales, para sentirse protegidos, pero a la vez son personas muy complacientes, que buscan la aprobación de los demás, para que se sientan seguros.
Coincido, tal vez, en mis inseguridades, siempre me pongo en el centro de un conflicto y a la defensiva y creo que la persona reacciona contra o en perjuicio mio, cuando puede ser un conflicto interno al que no tenga nada que ver la estimulación. Pero si, el egoísmo que, se acrecienta a medida que pasa el tiempo, se manifiesta más omnipresente. De igual forma me sucede con el sexo opuesto, necesito que me halaguen, a pesar de mis limitaciones y falta de talento; pero a lo largo de los años he estado en está búsqueda que, realmente, no es mi búsqueda. 
4) Tienden a estar a la defensiva y no aceptan la crítica, porque lo consideran un ataque a ellos mismos, por lo que resulta difícil mantener una conversación constructiva con una persona insegura.
Está situación pareciera que la tengo controlada, que acepto la crítica. Pero, obviamente en los patrones que registro como crítica válida. Si alguien me sorprende con alguna otra cosa, me pongo intolerante, en lugar de escuchar. 
5) Son personas que no pueden estar en silencio y lo llenan con charlas innecesarias, porque se sienten incómodas con sus pensamientos porque no tienen una opinión muy positiva sobre sí mismos.
Es por eso que no me gustan las reuniones, porque prefiero criticar al mundo exterior, antes que permanecer en silencio. Pero, admito, que trato de ser consciente que, hablar mal de otro, y sobre todo a sus espaldas, me hace muy infeliz y patético.
6) Suelen ser muy bromistas, buscan que los demás se rían, pero a la vez se vuelven demasiado insensibles hacia los otros, burlándose de otros y de sí mismos, para tratar de captar la atención.
Si coincido, suelo tirarme abajo, a veces de manera chistosa y otras emitiendo una ironía burda y de doble sentido. O que ciertas situaciones demuestro que no me causan nada y me hago el fuerte. 
7) Son personas muy competitivas, que no soportan la derrota y absorben muy fácilmente a las personas que tienen autoridad y a la vez son demasiado autoritarios y compensan su falta de confianza decargando sus frustraciones en sus subordinados, especialmente en las personas demasiado dóciles.

Esto trato de imponerme como mantra: "La competencia es una mierda, viva la cooperación", y huyo de la competencia, porque tal vez, me contagie, me vuelva competitivo y me frustre 

8) En las relaciones de parejalas personas inseguras son celosas y abusivas, ya que carecen de confianza en sus parejas, lo que supone desconfianza y altercados constantes con los miembros del sexo opuesto.
Trato de no se celoso, pero eso hasta que me interesa una persona. A veces, no puedo creer como me demuestro en las relaciones, subyugado a la misma, hasta que me cortan o se corta el mambo.

domingo, abril 03, 2016

Coplasando en un aeropuerto, sin documentos.













El año pasado me confundí la fecha del viaje de regreso de Nueva York a mi hogar. Está vez me sucedió algo más extraño y más estúpido.  En estos casos el que más se vapulea soy yo mismo, retándome por el sufrimiento de la amnesia.
Estábamos, junto a mis compañeros de trabajo, a embarcar por TAM, y las filas 15 a 28 embarcaba primero, y yo estaba en ese rango.  Yo tenía la billetera en la mano, y una idea magníficamente patética fue de colocarla en el revistero del asiento.  Esperamos unos 15 minutos, a los del otro sector y no llegaban.  El altoparlante comunicaba que en Buenos Aires había mal tiempo y no podíamos despegar, que teníamos que bajar del avión. Agarré mis cosas, menos la billetera, pero en ese momento no me he dado cuenta.

A los 20 minutos, mientras leía un libro en los asientos de espera me acordé. Fui al portón 304 que era donde habíamos embarcado, y me dijeron que le comunicaron a alguien, y me indicaron que me dirija a la 314. Fui a las 314 y un señor, muy asosegado me dijo que no me haga problemas, si había dejado la billetera ahí, iba a estar allí.   La billetera, además de dinero, contaba con  toda mi documentación: DNI, Licencia de conducir, tarjeta de débito y de crédito, la SUBE, tarjetas de descuentos, etc.

Cuando volvimos a embarcar, me separaron y me dijeron que no encontraron la billetera. Comencé a desvariar y a inculpar a los que me dijeron que esté tranquilo. Mis compañeros de trabajo estaban esperando el desenlace, por si me sucedía algo, uno de ellos me dio algo de plata y embarcaron. Me preguntaron si tenía algún familiar, y dije que no, que es la verdad: “Soy solo”. Ellos me amenazaron que me iba a quedar, y yo impuse una resistencia totalmente incoherente: “Como me voy a quedar? No tengo plata”. 

Finalmente dieron el visto bueno y autorización para que suba de última al avión. Al no ver la billetera, las dos horas y media que duró el vuelo, me auto-castigaba con reprimendas sobre lo que había ocurrido: “Que soy un pelotudo” “Que como voy a tener toda la documentación y dinero junto” “Que ahora todos los trámites que tengo que hacer”, “Que hago si no me alcanza el efectivo de mi casa”, “Que no aprendo más, que mi amnesia es patética” “Que vida de mierda que me inculco” “Que no sirvo para nada”, “Que soy un inútil” y una gran cantidad de insultos que me merecía. 

Llegué a Aduana sin documentos, y me demoraron, pero me trataron amablemente y me solucionaron el problema, imprimiendo mi última copia del vuelo de ida.  Uno de mis compañeros me esperó y me prestó dinero que me sirvió para pagar la denuncia por extravío y pagarle la propina al remisero que, por suerte, estaba incluído en la cuenta corriente de la empresa. Arribé a mi hogar con un dolor de cabeza insoportable, y me costó dormirme. Me quedé viendo en la computadora, todos los trámites que tenía que realizar, anotando direcciones, requisitos y demás asuntos burocráticos, que realmente odio.


Hay parejas que siguen estando juntas, a pesar que ambos cambiaron su comportamiento en diferentes direcciones, pero se bancan, porque el precio de vivir sólo es enorme y todo lo que eso implica, lo entiendo. En mi caso, la burocracia, asunto que aborrezco, siempre está junto a mi, a pesar de lo que me causa. Tener que comunicarme con cada uno de los documentos que he extraviado, y pedir turnos, y buscar alternativas o atarme a las reglas que ellos imponen ante mi desesperación.  Entiendo que el dominio que tiene una de las partes con respecto a otra, porque la parte receptora, tiene necesidad. Y tener la necesidad del otro es desesperante, y me da mucha vergüenza.