El 24 de Marzo de 1976 en cadena nacional, fue el comienzo del proceso de reorganización nacional.
A raíz de varios acontecimientos, ya sean económicos, políticos e ideológicos, un gobierno militar o de dictadura parecía ser la mejor alternativa para la gente que vivía angustiada y con incertidumbre.
Las ideologías políticas, antes del 76’ y durante la tercer presidencia de Juan Domingo Perón, comenzaban a ser revolucionarias y con uso de las armas. Las bandas de montoneros y la triple A como contrapartida, producían atentados con muertos y destrozos todos los días. Para cada uno de los grupos esta manera de hacer terrorismo o justicia, era por una ideología al cual mucha gente hoy día rememora con cierta melancolía o lo condena abruptamente.
El gobierno militar, como primer premisa, era terminar con estos bloques de “guerrilleros” con más violencia. Una solución tipo hitleriana, para acabar con los violentos ideológicos y que reine paz en la sociedad.
Esto trajo algo de paz y tranquilidad a la gente que no estaba involucrada y no caía en un atentado al azar, como muchos terceros han muerto por la casualidad de haber pasado caminado por un comité.
Pero la ambición de poder se convirtió en terrorismo de estado. Aparecieron las torturas mediante malos tratos y picanas, los depósitos al estilo de campo de concentración donde hombres y mujeres eran salvajemente tratados por una bajada de línea de los jerarcas militares.
Hoy se condena no solo a los torturadores, sino a la gente que trabajó en el gobierno militar, se condena a los jugadores de fútbol que participaron en un mundial, se condena a Sábato por haber cenado con Videla una noche, se condena a Tato Bores por trabajar en un programa de televisión y decir : “Buenas noches mi general”, se condena a toda la gente que festejó una victoria deportiva, a toda la gente que fue a Plaza de Mayo a despedir a los soldados de Malvinas; se condena 20 o 30 años después como si los jóvenes, adolescentes, novatos periodistas que creen que hubiesen reaccionado en esa época, pero no se dan cuenta que no había contemplación, que ante la menor duda, las personas estaban condenadas a hacer torturadas, para posteriormente ser asesinadas.
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A raíz de varios acontecimientos, ya sean económicos, políticos e ideológicos, un gobierno militar o de dictadura parecía ser la mejor alternativa para la gente que vivía angustiada y con incertidumbre.
Las ideologías políticas, antes del 76’ y durante la tercer presidencia de Juan Domingo Perón, comenzaban a ser revolucionarias y con uso de las armas. Las bandas de montoneros y la triple A como contrapartida, producían atentados con muertos y destrozos todos los días. Para cada uno de los grupos esta manera de hacer terrorismo o justicia, era por una ideología al cual mucha gente hoy día rememora con cierta melancolía o lo condena abruptamente.
El gobierno militar, como primer premisa, era terminar con estos bloques de “guerrilleros” con más violencia. Una solución tipo hitleriana, para acabar con los violentos ideológicos y que reine paz en la sociedad.
Esto trajo algo de paz y tranquilidad a la gente que no estaba involucrada y no caía en un atentado al azar, como muchos terceros han muerto por la casualidad de haber pasado caminado por un comité.
Pero la ambición de poder se convirtió en terrorismo de estado. Aparecieron las torturas mediante malos tratos y picanas, los depósitos al estilo de campo de concentración donde hombres y mujeres eran salvajemente tratados por una bajada de línea de los jerarcas militares.
Hoy se condena no solo a los torturadores, sino a la gente que trabajó en el gobierno militar, se condena a los jugadores de fútbol que participaron en un mundial, se condena a Sábato por haber cenado con Videla una noche, se condena a Tato Bores por trabajar en un programa de televisión y decir : “Buenas noches mi general”, se condena a toda la gente que festejó una victoria deportiva, a toda la gente que fue a Plaza de Mayo a despedir a los soldados de Malvinas; se condena 20 o 30 años después como si los jóvenes, adolescentes, novatos periodistas que creen que hubiesen reaccionado en esa época, pero no se dan cuenta que no había contemplación, que ante la menor duda, las personas estaban condenadas a hacer torturadas, para posteriormente ser asesinadas.
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El último punto que voy a tratar es sobre la polémica figura de Julio Argentino Roca, sus intervenciones militares, su conquista al desierto, su presidencia, así también el contexto de los argentinos en ese momento. Donde hoy, más de un siglo después es altamente cuestionado y condenado socialmente.
La nación prosperó notablemente durante su presidencia; la tranquilidad política interna, la apertura de inmensas extensiones de tierras de los indios para la colonización y la explotación y el establecimiento de una base para la paz definitiva con los chilenos respecto de los límites, hicieron que el país progresara con rapidez; durante su primer período gubernamental, se enviaron nuevas expediciones a la Patagonia para completar la conquista; expediciones científicas y cartográficas exploraron todos los rincones de la República, inclusive la Antártida; durante su gobierno, comenzó el auge económico de 1882-1889 y el comercio alcanzó nuevas magnitudes; la extensión de los ferrocarriles se duplicó; la población aumentó porque ingresaron al país más de medio millón de inmigrantes para formar sus nuevos hogares; se fomentó y secularizó la educación pública; un vasto programa de obras públicas mejoró los puertos, construyó diques en los ríos y edificios públicos y embelleció Buenos Aires; también creó el territorio de Misiones con un gobierno autónomo; entregó la presidencia a Miguel Juárez Celman en 1886.
Se sancionaron los Códigos Penal y de Minería y se dictan las leyes de Registro Civil, de Matrimonios y de Educación. Esta última (ley 1.420) establecía la enseñanza laica, gratuita y obligatoria y además incorporaba la educación rural, la enseñanza para adultos, las escuelas para sordomudos y la modificación de programas y métodos de enseñanza. El objetivo era bajar los índices de analfabetismo y contribuir a la construcción de un "ser nacional" en una sociedad fuertemente marcada por el aporte inmigratorio. Los resultados fueron asombrosos. En pocos años, el sistema de enseñanza primaria de la Argentina se ubicaba entre los mejores del mundo.
Lo polémico y controversial fue el inicio de su “Conquista al desierto” comenzada en 1880. La Argentina estaba conformada por la mitad de territorio que hoy día posee. El afán por la conquista, la búsqueda de tierras y riquezas era muy común en casi todo Latinoamérica, tanto como lo fue en Europa unos tres y cuatros siglos atrás.
Parte de la sociedad media burguesa argentina quería “europerizarse” o “anglosejenizarse”, allí estaba el progreso y Sarmiento sentía gran admiración sobre los europeos y sus ideas de progreso y gran aversión por los gauchos y los indios. Con idéntica excusa que los colonos españoles y que los nazis, los indios eran incultos, sucios y vagos e impedían el progreso en la Argentina, es por ello que con el aval de la sociedad, Roca realizó su conquista al desierto expropiándose de miles de hectáreas y asesinando a miles de indios.
La mitad de las tierras fueron poseídas por estancieros y comerciantes .
En definitiva la primer presidencia de Roca La segunda presidencia de Roca constaba de gran descontento, de fuertes huelgas y
al activismo permanente de anarquistas y socialistas, Roca implementó la "ley de residencia extranjera" que permitía expulsar del territorio nacional a todo extranjero que derecho sagrado de los pueblos". La que el presidente Roca era un caudillo cometiese delitos de derecho común, perturbara el orden público o comprometiese la seguridad nacional. A esta ley le siguió la declaración del estado de sitio.
La sociedad Argentina de hoy condena a Julio Argentino Roca, así como los descendientes de europeos lo clasifican de genocida, de corrupto y de “vendido”, ha establecido un gran progreso en la educación, en la politica migratoria y de crecimiento en la infraestructura nacional.
Es decir como cualquier presidencia, puede haber vistos buenos y malos, según la conveniencia de los inversores y/o de la sociedad, pero el facilismo conduce a condenar a Julio Argentino Roca después de años de su fallecimiento.