jueves, marzo 30, 2006

Mi hermano - 2da. parte

Sin duda, el descenlace que mostró que mi hermano hacia la separación de mis padres, fue degradante. Comenzó a comportarse de una manera agresiva, trasgresora y hasta chocante con la sociedad civilizada. Los amigos que tenía de la infancia se comportaban humillantes hacia él y aprovechaban para divertirse con él. A pesar de todo uno de ellos lo contuvo y lo siguió aceptando en su grupo de pertenencia.
A sus 15 años de edad y al concurrir asiduamente a los estadios de fútbol; y al tener contenido todo ese rencor(que es una mezcla entre lo humano y animal salvaje cuando anhela alimentarse), que de alguna manera deseaba consumir el deseo folklorico que las barras del futbol expresan: "quemar la cancha de su enemigo rival". En su cabeza, pensó que esto puede ser posible, a la noche hablaba solo en forma inentendible e inaudible para el resto de los seres humanos que conviven en su hogar. Tenía una obsesión como cuando alguien tiene idea fija, una maquinación constante de que tal hecho era posible.
Un sabado, finalmente, llegó tal ansiado dia. El dia anterior habia ido a buscar bídones de 5 litros conseguidos en una despensa cercana. Con estos elementos se dirigió a una gasolinería y los cargo de nafta. Una vez en la puerta( ya con la entrada en la mano) quizo dirigirse dentro del estadio, hacia las gradas, para colocar la nafta y prender la cerilla y poder finiquitar el deseo. Esto no fue posible:
- ¿ Señor adonde va con eso ? - Dijo un policía señalando los bidones
- Vengo a quemar esta cancha - Expreso mi hermano con un alto grado de ansiedad
- ¿ Usted está loco ?, ok acompañenos, loco - Lo colocaron de espaldas a una pared, sujetandoles las esposas y de esta forma fue la primera vez que mi hermano concurría a una comisaría en una tarde calurosa de diciembre.
Un hincha del mismo cuadro le contó a mi padre, que predeciblemente fue al estadio, lo que habia observado de mi hermano. El padre lo acompañó a la comisaría y le puntualizaron que lo ocurrido era muy grave, ya que un incendiario no es poca cosa, y que se iba a quedar mucho tiempo allí y sería trasladado a un reformatorio por ser menor de edad. Reflexionando este y otros hechos, más allá de la experiencia o conciencia los menores pueden cometer las mismas atrocidades que los mayores, no hay limites para esto, pero no profundizaré más.

Mi padre tenía una novia que era asistente social con algunos contactos con la policía y juzgados; de modo que por esto ayudo a mi hermano a salir de los barrotes antes de navidad.

Mi madre me dijo que mantenga discreción por lo sucedido, yo no cumplí, se lo conté a un amigo y eso desato el violento enojo de mi madre hacia mi persona, dándome una paliza. Tanto mi padre como mi madre tenían la paliza fácil cuando eramos niños, es lógico ya que ambos se agredían a golpes cuando no tenían coincidencia.

Mi madre estaba desesperada, y es por eso que la situación la superó en suss cabales, y deseaba lo mejor para mi hermano, cuya "pena" o condición fue que asista a un hospital infanto juvenil con terapia individual y familiar,que luego por problemas de trabajo de mis padres , ibamos mi hermano y yo, finalmente nos daban asistencia psicológica a ambos.


Continuará...

1 comentario:

Percho dijo...

Gracias Aterciopelada. Te escribó por aquí.
La verdad me falta mucho para ser un escritor, siquiera trabajo de ello. Pero me gusta plasmar mis emociones en papel, es una especie de catarsis.
La verdad hay características que aperecen o desaparecen según el contexto o escenario en que estás parado y las necesidades/miedos de los mismos.

Saludos
Percho